El expeditivo Harry Callahan se enfrenta a un peligroso grupo terrorista autodenominado Acción Revolucionaria del Pueblo, que provoca atentados indiscriminados en San Francisco. El secuestro del alcalde moviliza a Harry ’el sucio’, que desarticula toda la banda a base de sus heterodoxos métodos, para asombro de su compañera, una agente a la que le enseñaron que la ley está para que sea respetada.

En esta ocasión, Callahan y su colega, Early Smith, siguen la pista a los autores de una serie de asesinatos, cuyas víctimas son criminales, que de una u otra manera, han conseguido burlar a los tribunales. Callahan y Smith sospechan que se trata de grupo organizado de jóvenes policías, dirigido por las altas jerarquías policiales y políticas, cuyo objetivo es limpiar la ciudad...

Harry Callahan es un duro policía que se ha criado en la calle, al que sus compañeros llaman Harry el sucio por sus particulares métodos de luchar contra el crimen y porque siempre se encarga de los trabajos menos deseados. En San Francisco, un tirador ha matado ya a dos personas.

Neil McCaulkey es un ladrón experto. Su filosofía en la vida es no atarse a nada, pero después de su último atraco inicia una relación amorosa, algo que coincide con lo cerca que está de dar con él un detective, Vincent Hanna, de métodos tan rigurosos como los de McCauley.

Callahan es un experimentado detective de policía del departamento de homicidios de San Francisco, famoso por sus drásticos métodos, que provocan fuertes enfrentamientos con sus superiores. Tiene que desplazarse a San Paulo, pequeño pueblo situado al norte de California, donde sigue la pista del autor de la muerte de unos hombres, a los que han encontrado con unos disparos en la frente y en los genitales. Allí conoce a una solitaria artista llamada Jennifer Spencer.