El ferrocarril sufre un intento de asalto por parte de un grupo de forajidos. En la refriega tres de los pasajeros quedan solos en la vida. La mala suerte hace que se encuentren con la guarida de los asaltadores; se trata de antiguos conocidos de uno de ellos.

Un forajido y un aventurero oriental se alían para buscar un tesoro, cuyas claves figuran tatuadas en las nalgas de diversas señoritas, a las que habrá que ir localizando, guardándose al tiempo de un predicador demente, que persigue idéntico fin con objeto de edificar una iglesia.

Diecisiete hombres y cuatro mujeres, entre los que se encuentran soldados, desertores, comerciantes, caballeros, predicadores, jugadores, forajidos y aventureros, buscan en territorio indio una legendaria veta de oro, que según cuenta la tradición, está custodiada por el espíritu de la tribu Apache. Un bandido, de nombre Colorado, obliga a MacKenna, un sheriff que conoce el camino, a guiar al grupo hasta el tesoro. La codicia y rivalidad de los integrantes de la expedición provoca sangrientos enfrentamientos que se saldan con la muerte de varios hombres.

Después de haber atravesado malos momentos durante la guerra civil norteamericana, John Chandler se traslada al norte del país.

Tras asaltar el banco de una pequeña localidad mejicana fronteriza, dos forajidos -Kid y Ded- emprenden la huida. Acorralados por los guardias rurales, Ded escapa con el botín, abandonando a su compañero, que es detenido. Tras cinco años de reclusión, Kid localiza en la localidad de Monterrey, cuyo banco pretende atracar, a Ded, que ostenta el cargo de sheriff. Ded es ya otro hombre. Ha formado una familia, ganándose el respeto de sus convecinos, a los que no ha ocultado su borrascoso pasado.