A Ray Tierney, detective de homicidios e hijo de una familia de origen irlandés que lleva tres generaciones en el cuerpo de policía de Nueva York, le es asignada la investigación de un caso en el distrito que controla su hermano, Francis Tierney Jr. En el transcurso de la misma comenzarán a salir a la luz indicios de corrupción que parecen apuntar a personas próximas tales como Jimmy Egan, su cuñado.

A Ray Tierney, detective de homicidios e hijo de una familia de origen irlandés que lleva tres generaciones en el cuerpo de policía de Nueva York, le es asignada la investigación de un caso en el distrito que controla su hermano, Francis Tierney Jr. En el transcurso de la misma comenzarán a salir a la luz indicios de corrupción que parecen apuntar a personas próximas tales como Jimmy Egan, su cuñado.

Keith es un ladrón soberbio. Es frío, calculador y trabaja según el Código de ladrones, un código que se fundamenta en realizar el encargo, cubrir al compañero, y nunca jamás colaborar con la policía. Jack es un delincuente joven y apasionado, y además se conoce las calles de Nueva York como la palma de la mano. Ripley pedirá ayuda a Jack para un gran golpe: dos Huevos de Fabergé únicos que jamás han sido expuestos y que están custodiados con los más sofisticados sistemas de seguridad. Los necesita para saldar una deuda de su antiguo socio con Petrovitch, un mafioso ruso que no dudará en acabar con él sino le consigue las dos excepcionales piezas...

Henry es un veterano atracador de bancos que es trasladado, de la cárcel donde cumple condena, a una residencia de ancianos fingiendo una parálisis cerebral. Allí se encarga de cuidarle Carol, una enfermera que no se fía del recién llegado. Carol está harta del trabajo y de su matrimonio. El historial de Henry pica la curiosidad de Carol. Está convencida de que las cosas no son lo que aparentan. Incitada por su hambre de emociones fuertes, fuerza a Henry a que le revele su secreto, y éste le hará sacar a relucir cualidades desconocidas para ella. Con las recién descubiertas ambiciones delictivas, Carol tienta a Henry para que lleve a cabo un último golpe.

En Roma se producen dos extraños asesinatos de dos mujeres: una prostituta y una joven americana. La policía no tiene más pistas que una extraña media luna dejada por el asesino sobre sus cuerpos. Cuando Giulia es atacada en un tren, el comisario cree que ha sido obra del mismo asesino por lo que hará creer que ésta ha muerto. Giulia contará a la policía todo lo que recuerda y saldrá a la luz que no sólo conocía a la prostituta sino que además relaciona la media luna plateada con una americano con domicilio en la Toscana. El circulo se empezará a cerrar pero las muertes no se detendrán.