Coches, enormes camiones, persecuciones y un largo listado de caras conocidas son los ingredientes básicos de esta divertida comedia, que es la segunda parte de la divertida y desenfrenada Los locos del Cannoball.

Por tercera vez, los competidores de la carrera de coches ilegal que recorre todos los Estados Unidos vuelven a reunirse. El comisario Esdsel intenta que esta competición no tenga lugar, pero las cosas no van a ser tan fáciles, y más teniendo en cuenta el accidentado itinerario de los concursantes, entre los que hay bastantes nuevos participantes.

STEVE MCQUEEN es Boon, un asalariado un tanto sinvergüenza que toma "prestado" el coche nuevo de su patrón, un espectacular Winston Flyer, y se marcha a Memphis. Le acompañan Ned, mozo encargado del establo y Lucius, un chaval de 12 años a punto de perder su inocencia. Los tres "rateros" (ladrones) hacen un viaje realmente salvaje que les lleva por todos los lugares posibles, desde un burdel a una espectacular carrera de caballos en la que Lucius ha de lograr que un semental gane si es que desea recuperar su Winston, que Ned intercambió por el caballo.

El cuerpo de Melquíades Estrada aparece en pleno desierto, donde ha sido enterrado precipitadamente después de su asesinato. Las autoridades locales, sin preocuparse por las causas de este crimen, dan sepultura a Melquíades en el cementerio público. Pete Perkins, capataz de la región y mejor amigo de Melquíades, decide investigar por su cuenta y descubrir al asesino, obligándole a que lleve a su amigo a su Eldorado natal, México. De esta manera ofrecerá a Melquíades su viaje más hermoso, el de su tercer entierro.

Un granjero se encuentra con que su familia ha sido masacrada por comanches a las órdenes de un blanco renegado y saca de la cárcel mejicana a seis hombres para que le ayuden a dar con el culpable y matarlo.