Suenan las sirenas y parpadean las luces, una ambulancia de la ciudad de Nueva York corre a toda velocidad a medianoche. Sus conductores son paramédicos en turno nocturno, hombres que diariamente ven cara a cara a la muerte y a los moribundos. Emocionalmente exhaustos de tantas noches en su trabajo, ellos están casi tan destrozados como los cadáveres que recogen en las calles. Lo que los hace continuar es su cáustico sentido del humor, y un ácido punto de vista de un mundo que parece tener su epicentro surrealista en Manhattan.

Basada en la última e inacabada novela de F. Scott Fitzerald cuenta la historia de los Estudios de Hollywood, durante los años treinta, donde transcurren oscuras tramas habituales en la carrera por el estrellato de muchos de los aspirantes a actores, escritores o productores cinematográficos.

Virginia 1864. Charlie Anderson, viudo con seis hijos, una hija y una nuera embarazada, es uno de los más importantes granjeros de Shenandoah. Aunque la guerra esta llegando a las puertas del Valle, Charlie insiste en mantenerse al margen porque ni tuvo ni tiene esclavos o deberes con el estado que jamás le ayudó. Cuando por confusión los nordistas hacen prisionero a su hijo menor, Charlie y su familia deciden que la guerra ya les concierne y se lanzan al rescate.

Anthony Hopkins interpreta un papel similar al del célebre Annibal Lecter que le proporcionó el Oscar. En esta ocasión, da vida a un antropólogo que, acusado de una serie de crímenes, se encuentra recluido en prisión. Cuba Gooding Jr. es el psiquiatra encargado de sacar la verdad de la hermética mente del acusado y Donald Sutherland, el jefe de éste.

Gillian Holroyd, miembro de una saga de hechiceros, entre los que se encuentran su tía Queenie y su hermano Nicky, se enamora locamente de un famoso editor, Sheperd Henderson, que está a punto de contraer matrimonio. La joven bruja no duda en utilizar uno de sus conjuros para conseguir que Sheperd deje a su prometida y se rinda a sus encantos. Todo sale según lo previsto, pero poco después, Gillian le confiesa la verdad a Shepherd, quien indignado, pide ayuda a la extravagante señora De Pass para que rompa el hechizo. Tía Queenie toma cartas en el asunto y utiliza la más poderosa magia para reunir a la pareja: el amor.