Los Wheeler son un matrimonio joven y aparentemente idílico. Viven en un barrio residencial de Connecticut, donde ella se encarga de la casa y los hijos, mientras él viaja todos los días a la ciudad para trabajar en una empresa de material electrónico. Son la estampa clásica del sueño americano de los 50. Pero bajo la superficie yace un poso de sueños rotos, insatisfacción con la vacuidad de esa vida programada y la inseguridad de que ese mundo, esa rutina y ese matrimonio sea lo que ambos desean para el resto de sus vidas.

El detective Alex Cross debe unir sus fuerzas con la agente del Servicio Secreto, Jezzie Flannigan, para atrapar a un peligroso criminal, Gary Soneji, que busca notoriedad en sus actos. Quiere que sus crímenes se recuerden y sean considerados los más importantes y difíciles de resolver. Para ello va tejiendo un plan para cumplir con su propósito y arrastrar a Cross hacia él con el objetivo de hacerle caer en su trampa. Esta trampa es comparable a la tela que las arañas crean para atrapar a sus víctimas y a sus perseguidores. Todo se iniciará con el secuestro de la hija de un senador. Cuando todos creen que se trata del típico caso secuestro-rescate, la niña vuelve a aparecer. El caso, pues, acaba de empezar puesto que este hecho es sólo el inicio de un maquiavélico plan que puede llegar a afectar a las máximas instancias del país.