Los integrantes de una expedición científica norteamericana que se ha instalado en una estación polar, deben enfrentarse con un ser procedente del espacio que se alimenta de sangre.

Ben Wade es capturado después de un asesinato cometido en una estación. Las fuerzas del orden tienen que trasladarle al juicio que va a celebrarse en Yuma, pero nadie se atreve, ya que temen que su banda intente liberarle durante el camino. Finalmente, el comisario ofrece una gran cantidad de dinero para el que se atreva a hacerlo.

Cuando regresaban de efectuar un traslado de reses, Bronson y sus vaqueros se divierten organizando un tiroteo en un pueblo del recorrido, ocasionando la muerte de un anciano. El sheriff Maddox localiza a los responsables en la localidad de Saddles y se propone entregarlos a la justicia. Pero Bronson es, practicamente, el dueño de Saddles y su comarca lo que coloca a Maddox en un intento suicida. Todo el pueblo se le enfrenta, incluido el sheriff local.

El último día de la Primera Guerra Mundial, Joe resulta gravemente herido. En el hospital, sin brazos, ni piernas, sin poder ver, ni alimentarse normalmente, recibe la mejor atención médica. Sólo su consciencia funciona, lo que le permite enfrentarse al horror en que se ha convertido su vida. El joven empieza a reflexionar sobre su existencia, pero sobre todo piensa en su enfermera, que consigue que él pueda comunicarse. Gradualmente, se va consolidando un gran amor entre ambos.

Keoma conocido por ser uno de los mejores y más temidos pistoleros, vuelve al pueblo que le vió crecer. Allí encontrará que el lugar está dominado por la banda del perverso Caldwell, quien no permite la entrada de ninguna ayuda médica que erradique la plaga de peste que sufre el pueblo. Keoma se enfrentará a Caldwell para devolver la libertad a su pueblo natal.