1943, en aguas de Goa-portuguesa, y por tanto neutrales, opera un carguero alemán. Transmite información que ha costado a los aliados muchas vidas y envios de suministros. Al no poder emprender una acción directa, se recurre a aficionados: los miembros de la caballería ligera de Calcuta, club de veteranos combatientes en la guerra de los Boers, cuarenta años atrás.

James Bond disfruta, ya en su vejez y después de haber sido nombrado Sir, de una fabulosa mansión en la campiña inglesa. Atrás queda una larga carrera plagada de éxitos al servicio de la Corona.

Una mansión solitaria propiedad del excéntrico millonario Lionel Twain (el escritor Truman Capote en un papel por el que estuvo nominado a los Globos de Oro) es el escenario de este enredo. Twain informa a sus invitados de que uno de ellos va a ser asesinado al filo de la medianoche, y ofrece un millón de dólares a quien descubra al asesino. Están ustedes invitados a unirsee a Eileen Brennan, James Coco, Peter Falk, Alec Guinness, Elsa Lanchester, David Niven, Peter Sellers, Maggie Smith, Nancy Walker y Estelle Winwood en la comedia de Neil Simon Un cadáver a los postres, una ingeniosa parodia de las películas de misterio que presenta a unos personajes en los que se reconoce fácilmente a los detectives más famosos de todos los tiempos.

Secuestrar a Winston Churchill, que tiene planeado descansar unos días en un diminuto pueblo en Norfolk, es el diabólico objetivo de las fuerzas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial. El Coronel Radl encarga la misión al Coronel Steiner, cuya sentencia de muerte por oposición al genocidio, ha sido suspendida, y a un irlandés, Liam Devlin. Los paracaidistas alemanes aterrizan en tierras inglesas y se dirigen hacia el pueblo disfrazados con uniformes polacos. Todo transcurre como tenían planeado. Solo queda aguardar la inminente llegada de Churchill al pequeño pueblo inglés...

La acción se desarrolla en las aguas del mar Mediterráneo, donde los alemanes tienen un eficaz sistema de defensa, muy difícil de traspasar por las tropas aliadas. El factor de este poderío lo constituye el fortín de Navarone, que gracias a sus gigantescos cañones cierra el paso a la navegación por el mar Egeo.