Seth Davis ha abandonado sus estudios a los 19 años. Obsesionado con ganar un millón de dólares y obtener el respeto de su padre, se incorpora a la agencia de valores J.T. Marlin. Allí ve con qué rapidez sus colegas se enriquecen al tiempo que los clientes se empobrecen. Pronto su conciencia entra en conflicto al descubrir las argucias y trampas que emplean en su empresa para vender a gente sin dinero acciones que jamás hubieran comprado de saber la verdad.

Walter ha cumplido catorce años y no tiene ninguna gana de pasar el verano con los tíos de su madre, que viven apartados de todo en el estado de Texas. Cuando su madre Mae le abandona a su suerte con estos dos viejos medio locos, prometiendo volver a recogerle, Walter no sabe qué pensar. Aunque es imposible saber la verdad, lo que sí es cierto es que tienen una fuente aparentemente ilimitada de dinero. Sin embargo, Walter empieza a ver la otra cara de sus tíos cuando encuentra en un baúl una vieja fotografía de una hermosa mujer y decide preguntar a Garth acerca de su identidad.

El Coronel Terry Childers es un veterano marine, un oficial condecorado con experiencia de combate en Vietnam, Beirut y Tormenta del Desierto, todo un patriota, un héroe. Pero ahora el país a quien tan bien ha servido lo ha procesado por una misión de rescate que no terminó bien. Como abogado ha elegido al Coronel Hays Hodges, un camarada de armas que le debe la vida a Childers. Hodges no es el mejor abogado en servicio, pero Childers confía en él como un hermano de la Marina que sabe lo que es jugarse la vida bajo el fuego. Atrapado por el deber y por la amistad, Hodges acepta el caso de mala gana, incluso empieza a dudar del hombre que salvó su vida en Vietnam treinta años antes.

Un policía de Los Angeles que sufre de insomnio es llamado a un pequeño pueblo de Alaska para ayudar a encontrar un asesino, y accidentalmente dispara a su propio compañero mientras intenta aprehender a un sospechoso. Los eventos se agravan y el detective encuentra su propia estabilidad en el peligro.