La vida de Jake Vig podría depender de lo que no sabe. Este avispado y elegante timador acaba de estafar miles de dólares al incauto Lionel Dolby con la ayuda de su equipo: Gordo, Shills Miles, Big Al y dos agentes corruptos del Departamento de Policía de Los Angeles, Lloyd Whitworth y Omar Manzano. Sin embargo, cuando Lionel y Big Al aparecen muertos, sale a la luz que Lionel no era un primo cualquiera; Jake no tarda en averiguar que era contable del excéntrico jefe del hampa Winston King. No siendo una persona que se acobarde ante un desafío, Jake se ofrece a devolver el dinero a King montando el mayor golpe de su vida. La víctima será ni más ni menos que Morgan Gillette, un banquero que mantiene estrechos lazos con el crimen organizado. Con una apuesta tan elevada, Jake recurre a una atrevida carterista llamada Lily, que se incorpora al equipo para llevar a cabo un complejo plan que entremezcla créditos a empresas, contabilidad creativa, transferencias bancarias y cuentas en el extranjero.

Tom Hardy es un antiguo Ranger del Ejército convertido en un agente de la DEA atrapado en la misteriosa desaparición del temido y odiado Sargento Nathan West y de algunos de sus recultas de las Fuerzas Especiales en el transcurso de unas maniobras rutinarias durante un huracán en las junglas de Panamá. Sólo aparecen dos supervivientes, Dunbar y Kendall, el hijo de un oficial de la junta de Jefes de Personal, aunque gravemente herido. Ninguno de ellos quiere colaborar con la capitana Julia Osborne de la Policía Militar de Fort Clayton. Así, el comandante de la base, el coronel Bill Styles se ve obligado a llamar al ex Ranger Hardy, un viejo amigo y gran interrogador.