Joe años atrás había pertenecido a la armada, pero un incidente hizo que junto a sus compañeros, ingresara en prisión y juntos planearon fugarse. Pero las cosas parecen no salir bien y en mitad de la huída, disparan a un policía que trata de detenerlos, Joe, para no verse involucrado en este asesinato, decide huir, dejando a sus compañeros atrás... los que permanecerán por este acto un largo tiempo en la cárcel. Joe rehace su vida, ahora está felizmente casado y es padre de una niña. Pero ahora sus viejos compañeros han salido de la cárcel y lo buscan para un ajuste de cuentas. Estos tienen un plan; quieren hacer negocio con heroína, pero necesitan un barco que les recoja la mercancía. Por eso necesitan a Joe, que no puede hacer nada ya que amenazan con matar a su mujer e hija si no cumple con la misión. Tras muchos incidentes consigue deshacerse de todos y liberar a su familia de esta pesadilla.

Reggie Lambert (Audrey Hepburn) está a punto de divorciarse de su marido cuando descubre que ha sido asesinado después de haber vendido, y cobrado al contado, hasta el último alfiler de su propiedad. Al igual que su esposo, el dinero también ha desaparecido. La viuda empieza entonces a verse perseguida por varios hombres, incluso un apuesto desconocido, Peter Joshua (Grant), quien busca la fortuna que el difunto robó durante la Segunda Guerra Mundial. Naturalmente, todas creen que Reggie conoce el paradero del botín. A medida que los cadáveres se amontonan, resulta cada vez más importante (y difícil) para Reggie averiguar quiénes son los buenos y quiénes son los malos. ¿De quién puede fiarse?